viernes, 14 de agosto de 2009

Dos cuentos


EL PEONCITO REBELDE

El peoncito se rebeló a su destino. No quería seguir caminando derecho, hacia el frente enemigo. Prefirió salirse del tablero de ajedrez. Se metió a un partido de parqués y se cambió por una ficha amarilla que estaba distraída. Se aburrió muchísimo. ¿Por qué? ¿Qué le pasó a nuestro peoncito?

Se aburrió mucho porque varias veces lo metieron a la cárcel y tenía que esperar dados indicando pares para poder salir. Y además veía que los fichos compañeros, cuando llegaban al “cielo” no se podían transformar en dama o en otra figura.
Hizo un esfuerzo inmenso y regresó al tablero de ajedrez, donde se sintió tan, pero tan feliz!

LA MARIPOSA MARY EL LOTO DELICIOSO

Esta era una mariposa llamada Mary y quería volar al Loto perfumado del otro lado de la montaña.
Muchas de las otras mariposas comentaron que eso era imposible, que ese Loto no existía. Incluso empezaron a reírse de ella.
Pero Mary sentía que la naturaleza le había dado alas para volar más alto. Que tenía sueños para realizar. Que presentía un sabor que era más exquisito que lo conocido por las mariposas comunes. Estaba aburrida de probar sólo las mismas flores de las que se alimentaban todas.
Se dijo:
-Siento deseos de volar más lejos, de ir adonde otras mariposas no han ido nunca.
Y Mary se dedicó entonces a fabricarse unas alas más grandes.
Todas le dijeron:
- Eres una tonta.
Y se burlaron.
- No importa
Si los humanos, que no tienen alas, hicieron aviones para volar, yo también me crearé algo parecido para remontarme lejos.
Y le consultó a un pájaro ingeniero muy experto, sobre las nuevas alas que necesitaba.
- No es necesario tal experimento, le explicó Ruiz, el pájaro feliz.
Sólo te voy a enseñar un método del arte de volar para hacer realidad tu ideal: todos los días vas a practicar con tus alas, y vas a tratar y tratar de hacerlo con mucha alegría, sin que te preocupe si lo haces muy bien o no, y sin importar qué digan las demás mariposas. Quiero que seas muy creadora, que despliegues tus alas en nuevas maneras de volar, que asciendas más alto, más lejos. Y un día conocerás los hermosos lagos rosados, blancos y amarillos del otro lado de la montaña.
Y te prometo que si practicas con voluntad verás los resultados porque uno se vuelve muy experto en aquello que más practica.
Incluso para fortalecerte en las emociones debes practicar la paciencia, la concentración y la alegría. Y una y otra vez intentar mejorar. No te preocupes por los comentarios como “mira a la tonta Mary: se cree superior a nosotras. No hace lo que hacemos todas”.
Mary se sintió feliz y decidió tratar. Sus alas crecían fuertes, pero sentía que no podía remontarse al otro lado de la montaña. Pero no abandonaba sus sueños. Seguía y seguía con sus intentos aunque no lograba la perfección que soñaba.
Pero después de algunos meses de esfuerzos, un poco frustrada por no poder realizar su sueño, volvió donde el pájaro ingeniero. Se sentía decepcionada por los bajos resultados.
- ¡Qué hermosas y fuertes se ven tus alas! Le dijo Ruiz, el pájaro feliz.
- Sí, pero para qué si no puedo remontarme hasta el otro lado de la montaña.
Bueno, le dijo Ruiz. Ahora que has trabajado con empeño, te has ganado el derecho a que te revele la manera de alcanzar tu sueño.
Mañana, durante el medio día, habrá un viento muy intenso. Una mariposa de alas débiles no puede elevarse con ese viento. Pero tú sí que puedes. Y la corriente te llevará con facilidad sobre la montaña. Todos los ejercicios que parecían sin un objetivo preciso sí lo tenían.
Y como sé que ahora sí vas a ir, quiero que les cuentes a las demás mariposas sobre el Loto.
¡Qué maravilla! Dijo Mary.
Y efectivamente, pudo hacer su vuelo tal y como se lo había explicado Ruíz.
Y cuando regresó les dijo a las demás mariposas:
¡El Loto es delicioso! Su fragancia se percibe desde la distancia ¡y es tan dulce! Y lo mejor, estoy muy contenta de poder enseñarles a todas sobre la manera de llegar allá.
¿Quieren saber cómo?
¡Claro!, exclamaron todas en coro.
Esta es la fórmula:
“Practicar y practicar y tus sueños alcanzar”.
Y desde ese día las mariposas aprendieron a remontar la montaña para obtener el dulce néctar del Loto perfumado.

Miguel Yepes

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